Alberto Núñez Feijóo, al timón del Partido Popular navega por aguas que parecen cambiar de dirección con cada decisión que toma. Si el Feijóo de 2007 estaba abierto a pactar con el BNG, el de 2024 los ha convertido en su némesis. De principal adalid de la oposición a la amnistía y los indultos desde que tomó las riendas del PP, a filtrar él mismo a la prensa las reuniones con Junts en las que se habló de la misma aministía e indultos. Todo ello mientras bendice los pactos con VOX en diferentes comunidades autónomas y ayuntamientos tras las elecciones municipales del pasado 28 de mayo.
Esta aproximación ha sembrado el desconcierto en el principal partido del parlamento y de la derecha, generando no pocos cuestionamientos sobre la coherencia y la identidad del PP a la vez que arroja sombras sobre el liderazgo de Feijóo y su capacidad para mantener unidos a los diversos sectores del partido. Incluso fuera del PP, las idas y venidas del líder popular están generando críticas y comentarios en potenciales socios, como el PNV o Junts.
Sectores del partido se muestran preocupados con la deriva e incoherencia de Feijóo tras este giro de guión inesperado y provocado por él.
La trayectoria reciente de Feijóo al frente del PP se lee como una novela llena de giros inesperados, donde la apertura al diálogo y la búsqueda de consensos se entremezclan con decisiones que apuntan hacia la derecha más dura. Este vaivén ideológico plantea interrogantes no solo sobre la dirección futura del partido, sino también sobre el tipo de liderazgo que Feijóo está ejerciendo.
En los recientes días se oyeron dos sectores del partido claramente diferenciables en su posición con las declaraciones de Feijóo. El sector “moderado”, próximo a la exvicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría, considera acertado el posicionamiento de Feijóo y los posibles acuerdos dentro de la legalidad mientras que voces cercanas al PP de Madrid y Ayuso se muestran preocupados con la deriva de su partido y la incoherencia de liderar la oposición a Sánchez, precisamente en ámbito de la amnistía y el constitucionalismo, y este giro de guión inesperado.
¿Es posible trazar una línea coherente en el discurso y la acción política del PP bajo Feijóo? ¿Cómo se posicionará el partido ante el electorado, en un momento en que la sociedad española demanda claridad y firmeza en sus representantes? Estas son preguntas que resuenan con fuerza dentro y fuera del PP, mientras Feijóo intenta maniobrar en un escenario político cada vez más polarizado y exigente.
En definitiva, la figura de Alberto Núñez Feijóo, con su capacidad para generar tanto diálogo como controversia, ocupa hoy un lugar central en el debate político español. Sus decisiones, marcadas por el contraste y la aparente contradicción, perfilan un futuro incierto para el PP, un partido en busca de su lugar en un paisaje político en constante evolución. La pregunta que queda es si Feijóo logrará encontrar el rumbo que consolide su liderazgo y el de su partido, o si, por el contrario, estas aguas turbulentas terminarán por desviar la histórica nave del PP hacia destinos desconocidos.
Probablemente, el resultado del 18F en Galicia, condicionado sin duda por estos acontecimientos muestren el camino a Alberto Núñez Feijóo.
